Este es un ensayo de carácter teórico que se inscribe en la disciplina de la “pragmática”, tal como ha sido entendida tradicionalmente por los filósofos analíticos, cuyo origen primero se encuentra en la filosofía con base conductista de Charles Morris. Expone las tesis de Paul Grice sobre las llamadas “implicaturas” y las reglas con cuya utlización se obtienen, en especial con su Principio de Cooperación y las otras máximas que lo especifican.
Adicionalmente expone, con cierto detenimiento, lo que el autor de este ensayo denomina “Principio de Oposición o Beligerancia”, construido de modo paralelo al de Grice, pero con un sentido radicalmente opuesto, como la noche se opone al día y la maldad a la bondad, según se verá más adelante. Los rendimientos y conclusiones obtenidos serán ilustrados con una obra fundamental de la literatura occidental: la tragedia de Otelo del más grande dramaturgo, William Shakespeare, con la finalidad de ofrecer al lector una imagen intuitiva de la forma como operan las implicaturas en la vida de los hombres. Las grandes obras de arte constituyen modelos intuitivos de acontecimientos históricamente determinables, de manera que forman, por decirlo así, un “tipo ideal” weberiano intuitivo de ciertos sucesos.
El sentido y desarrollo de los acontecimientos reales puede comprenderse y explicitarse desde las perspectivas ofrecidas por las obras de arte. Funcionan a la manera de la primera ley de Newton, la ley de la inercia: ningún objeto se mueve como ella determina, pero es la base sobre la cual, conforme a las dos leyes adicionales, pueden llegar a describirse los movimientos empíricamente observables. (Cf. Schmill, La Conducta del Jabalí. Dos Ensayos sobre el Poder: Kafka y Shakespeare, Ediciones Coyoacán S. A de C. V. Tercera Edición, México 2005) Una observación parecida habita silenciosamente en las siguientes palabras del filósofo Nelson Goodman: Las palabras “Don Quijote” se aplican a nadie si se toman de manera literal, pero figuradamente podrían referirse a muchos de nosotros, como, por ejemplo, el autor de este libro en sus torneos con los molinos de la lingüística contemporánea. (Goodman, 1978).